Casa de la Destilería (1564)

Felipe II tenía mucho interés por la alquimia y su parte materialista. Buscaba fabricar el oro que financiase sus costosos proyectos imperiales.

Después de numerosos y vanos intentos, el rey depositó su esperanza en que la alquimia ofreciese poderes curativos a base de aguas, aceites y quintaesencia.

Conocedor de las prácticas destilatorias dentro de sus territorios europeos, tuvo en Aranjuez la primera destilería de España en 1564. Se dedicaba a las aguas de olor y medicinales.

Houasse, 1720

Contaba al menos con tres torres y cinco calderas de cobre. Se desconoce el lugar exacto donde se encontraba, pero supuestamente estaba "fuera del corral de los Álamos, junto al palacio viejo”. Y, según Ana Luengo, “al final del Jardín de la Isla, situado en las proximidades del palacio viejo”.

Se trataba del primer laboratorio de destilación conocido en España, similar al «fourneau pour distiler les eauwes» de Mariemont.

Las descripciones generales lo representan como una (...) “casa en el jardín de la ysla donde distilan aguas y azeites de las flores y otras yervas que ay en las guertas y jardines” (...) "Siendo solo que aquel sitio se eligió para que en él [se ubicase] la destilazión, por la abundancia de yerbas y flores para ella, y de leña para el fuego del orno, de los alambiques, en q[ue] se aze” (...)

El rey se mostró muy interesado, desde los primeros envíos de destilados de Aranjuez, en la elaboración de la quintaesencia. El coste tan elevado de su fabricación llevó al monarca a encargar la construcción de recipientes especiales de plata, y sustituir los de vidrio, que se rompían en el transporte desde Aranjuez hasta Madrid.
 
Parece ser que el laboratorio del Real Sitio se especializó, desde el principio, en la elaboración de aguas destiladas.

Al frente se hallaba el flamenco Francisco Holbeque, el cual se encuentra en Aranjuez de la mano de su hermano Juan, jardinero mayor del Real Sitio.

Solo existían 3 llaves que permitían el acceso a la instalación. Estaban en poder de 3 personas: El Gobernador de Aranjuez, el Contador de la Junta de Obras y Bosques, y el destilador de S.M.

A lo largo de su reinado, Felipe II contó con tres laboratorios de destilación, instalados en las residencias reales que más frecuentó: Aranjuez (1564),Madrid (1579) y El Escorial (1588).

El momento más apropiado para los trabajos era «en época de rosa y flores» (primavera).

Se preparaban aguas y aceites medicinales de una gran variedad de plantas, hierbas y flores aromáticas para el uso particular de la Familia Real. Además, durante el año, hacían jarabes y todo aquello que la Real Botica pidiese. Como el encargo habitual de la desinfección y desinsectación de las habitaciones reales, tal y como se practicaba entonces, rociando con vinagre de «juncia» los cuartos.

Gracias a los documentos que se conservan en Simancas, se tiene un conocimiento parcial de los medicamentos elaborados en los tres destilatorios reales. Así, se conocen los envíos desde el Real Sitio hasta la corte madrileña.

Todas son aguas destiladas simples, elaboradas por maceración de un simple vegetal en alcohol de vino y posterior destilación: agua de rosas, agua de ajenjos, agua de lengua de buey, agua de hinojo, agua de achicoria, agua de escorzonera y agua de mejorana.

Desde 1566, hay constancia del envío regular de aguas desde Aranjuez hasta la corte madrileña. El primero está fechado en 16 de julio.

Dos veces por semana, el boticario mayor solicitaba el traslado de aguas desde Aranjuez a la Corte, siguiendo los trámites que la burocracia le exigía. Previa petición del boticario mayor, a la mayor brevedad posible, eran enviadas mulas suficientes para recoger las aguas.

Los oficios de la Destilación y Real Botica fueron independientes, pero a la vez mantenían nexos de unión. Sin embargo, con el tiempo la destilación pasó a depender de la Real Botica (con Felipe V), y el cargo de Destilador Mayor desapareció junto al oficio de la destilación. La práctica se extendió en los siglos XVI y XVII.

Con las sustancias medicinales extraídas mediante destilación, se obtenían fármacos capaces de curar todas las enfermedades humanas.

La familia Forte controló la destilería de Aranjuez desde 1602 hasta 1681, alcanzando el prestigio que la hizo merecedora de ser considerada imprescindible para el buen funcionamiento de la Real Botica.

Desapareció en 1721...


Fuentes e Imágenes que no son propias:

"Aportación de los destiladores de El Escorial a la fabricación de quintaesencias" (José Manuel Loring Palacios)
"Los destiladores de Su Majestad. Destilación, espagiria y paracelsismo en la corte de Felipe II (Mar Rey Bueno y Mará Esther Alegre Pérez)
"La oficina de destilación de aguas y aceites del Real Sitio de Aranjuez", 1564-1721 (M.ª Luisa de Andrés Turrión y Pilar García de Yébenes Torres)

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