Palacio de Baviera

El Palacio de Baviera, también conocido como “de Silvela", ocupa una parcela de 2650 m2 frente al Palacio Real, y su arquitecto fue José Segundo de Lema.

Originalmente se levantó como un pequeño castillo medieval, construido enteramente de ladrillo de Valladolid, piedra caliza de Colmenar, y teja de pizarra en cubierta y buhardillas. 

López y Malta asevera que la quinta se construyó en el lugar donde se encontraba "El Jardín de la Botica" y, según Álvarez de Quindós, el palacio se comenzó a construir a mediados del siglo XIX, en el solar que ocupaba "un pabellón y jardinito que el Señor Infante Don Luis de Borbón hizo el año 1770". En el plano de Domingo de Aguirre, figura como "Casa de campo del Infante Don Luis".

Contaba con un jardín de pequeñas dimensiones, dos estanques y una selección de especies botánicas.
 


Trece años más tarde, en 1788, Carlos IV adquirió la posesión a la viuda del Infante para instalar allí la “Casa de las Aves”, un lugar para la cría de aves destinadas a la Real Mesa.

Este asunto debió durar muy poco, pues ya no aparece en el plano anónimo de 1845 (conservado en el Archivo de Palacio), donde figura en su lugar un pequeño jardín dividido en cuatro cuadros iguales llamado “de la Botica”, por utilizarse para el cultivo de las plantas medicinales utilizadas en la Real Farmacia.


La construcción actual data de 1858, cuando el rey consorte Francisco de Asís (marido de Isabel II) encargó su fábrica para residencia de su primo, el príncipe Adalberto de Baviera.

El edificio principal consta de planta rectangular, dos alturas, con semisótano y cubierta abuhardillada.

Las obras fueron muy lentas, tanto fue así, que pasados 10 años estaban sin acabar (se terminó en 1889), además la Revolución Gloriosa interrumpió los trabajos por un tiempo. De manera que el príncipe de Baviera nunca pudo utilizarlo como residencia.

Con la desamortización (1869), la "quinta de Baviera" quedó en manos de la Administración de Propiedades, y con la proclamación de Amadeo I de Saboya fue devuelta al Real Patrimonio.

Este palacete se suma a los conocidos (mayormente desaparecidos) de Bayo, Salamanca, Gándara, Tamarit, Narváez, Deleite, Oñate, etc. Podemos decir que se trata de la última residencia de cierta importancia construida en Aranjuez, y en su momento muy valorada, quizás por su cercanía a palacio.

 

Francisco Silvela

En torno a 1902, lo ocupó su habitante más ilustre y destacado, el académico Francisco Silvela, a la sazón, jefe del partido conservador, presidente del Consejo de Ministros durante la regencia de María Cristina de Habsburgo, ministro de Gobernación, de Gracia y Justicia, de Estado y de Marina durante el reinado de Alfonso XIII.

Durante la Guerra Civil, es ocupado por las checas. En ese período, desaparece una importante biblioteca y pinacoteca, así como objetos y muebles de gran valor.

Terminada la guerra, se convierte en la residencia del General de los Regimientos de Almansa y Pavía.


En 1962, el palacio presentaba un estado ruinoso. En 1966 sufrió un gran incendio que acabó con sus artesonados y quedó en estado lamentable.

 

El abandono y deterioro se prolongó hasta que, en 1987, gracias a una importante rehabilitación financiada con capital privado, que incluía 10 viviendas individuales, el palacio quedó restaurado con notable éxito...


Fuentes e Imágenes que no son propias:

http://www.aranjuezhistoriagrafica.com
https://visita.aranjuez.es/espacio/67782/
"Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII H.ª del Arte" (M. Merlos Romero)
"Arquitectura del siglo XIX en Aranjuez" (José Segundo de Lema)
“Arquitectura y Desarrollo Urbano” Tomo IX (J. Gómez y J Atienza)

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