Corralas (Patios de Vecindad)
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Corrala C/ del Foso |
Esta corrala del siglo XVIII, en la Calle del Foso, es una de las más típicas de Aranjuez.
Las corralas surgen ante
el problema de falta de espacio para construir nuevas viviendas. Se trataba de
levantar más plantas en las casas ya existentes.
Fue una idea muy útil
para viejas ciudades, que de pronto recibieron un aluvión de nuevos vecinos.
En el siglo XIX las corralas en la capital fueron ganando altura llegando hasta
los 8 pisos. Se calcula que Madrid llegó a tener 400 corralas.
Normalmente son espacios masificados. En una vivienda de apenas 25 m. vivía una media de 6 personas.
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Stuart-Rosa-Eras (Casa Bellotero) |
En Aranjuez no existían corralas allá por 1750, y las viviendas eran de una sola planta en torno a grandes patios.
Al llegar al trono, Fernando VI
permite a la población pernoctar en el Real Sitio (cosa que hasta entonces
no era posible), y Aranjuez acoge un gran número de personas cada
primavera, en las Jornadas Reales.
Religiosos, artesanos, nobles,
funcionarios y demás necesitaban un lugar donde alojarse.
Curiosamente, la
población se multiplicaba por 5 en las “Jornadas”, pasando
de 3 a 15 mil habitantes.
Aquello resultaba un
gran negocio, cuyo promotor era el propio rey, que alquilaba habitaciones y
viviendas en aquellas largas temporadas. Sin
embargo, al llegar el verano, apenas quedaban aquellos que mantenían el Real
Sitio.
Con la desaparición de
las “Jornadas Reales”, podemos decir que se produce una gran “burbuja
inmobiliaria”, ya que las numerosas
viviendas construidas quedaron vacías.
Algunos ejemplos de corralas en Aranjuez…


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Foso "Casa Machos" |
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Montesinos, 13 |
La vida cotidiana dentro de una corrala era muy particular. Se desarrollaba en torno al patio y corredor. En verano, la gente tomaba el fresco por la noche en la calle y charlaban.
Era una forma de vida muy diferente a la actual. Las puertas se dejaban generalmente abiertas desde la mañana y no se cerraban hasta la noche.
La convivencia era difícil. Se perdía la intimidad de las conversaciones, ventanas y cocinas daban al mismo lugar. Se compartían espacios, silencios, la fuente con el agua de beber, el lavadero, tendedero, retretes con taza turca, donde no era extraño encontrar un roedor asomando por el agujero. Los conflictos sucedían a menudo. El gran número de vecinos que compartían estos espacios tenían una relación muy potente, para lo bueno y lo malo.
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C/ del Foso (Bar Palacios) |
El agua llegó a las corralas hacia 1920, y para conseguirla había que bajar al patio, donde había una fuente. Cuando llegaba el verano, se calentaba poniendo al sol el barreño de zinc donde bañar un hijo tras otro.
Los chiquillos jugaban al escondite por los “corredores”, esos pasillos que comunican las viviendas por encima del patio. Sin embargo, las horas de siesta y sueño se respetaban al máximo. De lo contrario, entraba en acción la portera…
Era una especie de empleada del dueño de la finca, que se encargaba de las tareas de limpieza, así como exigir el respeto necesario en la siesta. Si alguien rompía el silencio, ella gritaba: ¡Qué poca vergüenza!, ¡es hora de la siesta!, y la gente callaba, y descansaba un tiempo en aquellos colchones, rellenos con hojas de mazorcas o lana.
La ropa se lavaba a
mano, era un trabajo penoso. Después, se
tendían las prendas de palo a palo, cogidas con pinzas a lo
largo de cuerdas o alambres.
En la Guerra Civil, los
vecinos cuentan que se turnaban haciendo guardia por si venían los aviones, y
con nostalgia recuerdan la Navidad, y esa costumbre ir de casa en casa a
bailar, cantar y comer bollos.
¡Ay, los bollos!... en Aranjuez existían varios hornos. Uno de los más famosos era el de “Los franceses” (cruce de San Antonio y Capitán). A todos ellos acudían los vecinos, ya que era costumbre llevar la masa hecha en casa para terminar allí el producto. Se debía esperar turno para coger una bandeja vacía, y el precio variaba según el número de recipientes usados.
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Sevilla |
Antiguos vecinos recuerdan cómo una corneta anunciaba la presencia del “carro de la basura”. Venía tirado por una mula. Entonces bajaban y depositaban los restos.
Detallan cómo recibían el correo a través del cartero. Un toque de silbato y todos asomaban para comprobar quién tenía carta.
La llegada de la radio a las corralas alrededor de 1950 fue un gran acontecimiento.
Las corralas de Aranjuez podemos decir que cuentan con 3 siglos de vida. Están hechas básicamente de madera y mampostería, lejos de la consistente piedra y ladrillo utilizados en el Palacio Real. Debido a ello, en el s. XXI, se enfrentan a problemas de mantenimiento muy serios.
Las más afortunadas han
ganado superficie con las reformas, y conseguido baños particulares.
Muchas han utilizado nuevos materiales que dan un aspecto más moderno y atractivo. Algunas disfrutan incluso de ascensor, sin embargo, otras se deterioran gravemente.

Los habitantes de las corralas coinciden en que ahora todo es distinto. El ambiente es más frío. Reconocen que nuevos vecinos y nuevos tiempos han hecho que se pierda esa convivencia. Ahora cada cual va “más a lo suyo”…
Fuentes e Imágenes que no son propias:
Gracias a: Todos los que han aportado algún recuerdo para este relato, especialmente a mi padre. Manuel Martínez Olmos, un niño que vivió en "La Corrala" de la calle Stuart 139 (antiguo nº49)
Imágenes de Corralas sitas en: Foso 80, Infantas 59, Montesinos 13, Abastos 56, Gobernador 73, Stuart 139, Stuart 160 Bar Palacios, Rey junto a tienda de muebles, Foso Casa MachosTaza turca: Di Mintguy - Wikipedia EN, there was upladed by Mintguy 12:30, 16 Jun 2004 (UTC), CC BY-SA 3.0,https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12478
Niño en barreño: http://etnoleon.blogspot.com/2018/03/colaboracion-el-aseo-personal-en.html
Colchón de lana: https://creciendoentreflores.wordpress.com/tag/colchones-de-lana/
Camión de la basura: https://www.pinterest.es/pin/726979564826036420/
Palacio Real: de Zarateman - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32429765
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