Ferrocarril (1851)

1970

¿Sabías que el “Camino de Hierro” entre Madrid-Aranjuez es la tercera línea de ferrocarril española y segunda en la península?, ¿Que Aranjuez fue la primera ciudad de España comunicada por ferrocarril con la capital Madrid?, y que ¿El tren “de la fresa” transportaba correo y fue el primer ferrocarril de la Península Ibérica, que llevó correspondencia?

Marqués de Salamanca
(Ministerio de Cultura)

La idea de construir un ferrocarril para la corte española, que uniese Madrid con Aranjuez fue del político y militar Marqués de Pontejos, que consiguió la inversión del Marqués de Salamanca y el visto bueno de Isabel II.

El financiero marqués quería llevar el ferrocarril por toda España. Era un proyecto de gran envergadura, que pretendía unir Madrid con el Mediterráneo (Alicante). Pero antes, decidió construir el primer tramo Madrid-Aranjuez, donde la corte pasaba grandes temporadas.



Para ello, hubo que expropiar terrenos a más de 1.200 propietarios y otros tantos arrendatarios.

Las obras resultaron complicadas. La mayoría del material hubo que traerlo del extranjero por carretera, en carros tirados por mulas.

Para este ferrocarril, se construyó un sencillo embarcadero, conocido como la Estación del Mediodía o el embarcadero de Atocha (actual Jardín de la Estación de Atocha).

El viaje que inauguraba la línea se realizó el 9 de febrero de 1851. Fue toda una fiesta popular.



Asistió la familia real en pleno (cosa que no hicieron en Barcelona-Mataró), miembros del Gobierno como Bravo Murillo, famosos periodistas, autoridades eclesiásticas, etc.

Pero… curiosamente, faltó a la cita el fotógrafo oficial de la reina Isabel II, de manera que no quedó constancia gráfica del viaje ni del lugar exacto, donde bajó del tren la reina en Aranjuez. Tampoco ayudan mucho los periodistas, al no coincidir en el relato del hecho.



Lo cierto es que el tren salió de la estación madrileña y recorrió los 49 kilómetros en 54 minutos.

Todo un récord. Hasta el día anterior, la misma distancia se hacía en 7 horas.

El cambio fue brutal, y es curioso cómo la Reina y su séquito estaban temerosos de que tal velocidad pudiese afectar a sus cuerpos. Se hicieron acompañar por un grupo de médicos, por lo que pudiera pasar…

El convoy salió de Madrid camino a Aranjuez, después de una gran ceremonia en la Iglesia. Eran las 12 en punto.



Lo encabezaba una locomotora llamada “Isabel” y detrás iba un gran coche salón con los ministros. Le siguen otros más:" (...) Los de primera clase son de lujo, con butacas muy anchas como asiento, los de segunda clase, son capaces, desahogados, y los viajeros pueden comunicarse, ya que las divisiones no llegan al techo. Los de tercera no tienen más pared que una cortina, y por fin los de cuarta, que por 4 reales viajaban de pie y a la intemperie (...)"



En total, 1000 invitados que llegaron a Aranjuez a la una en punto.

Donde terminó el viaje es una incógnita. Pero según el Museo del Ferrocarril: “(…) Se encontraba frente a los Cuarteles de Guardias Walonas y Españolas, y contaba con un ramal exclusivo para la Corona que llegaba hasta la Puerta de Damas del Palacio (…)".


Puerta de Damas

Algún tiempo después, se decidió que, además del servicio a la Corona, se necesitaba un edificio para pasajeros, y por ello se construye la primera estación terminal de Aranjuez.

Se conoce la existencia de un tramo de vía de “quita y pon”, hasta 1878.

Cándido López y Malta lo define así: “(…) En cuanto al edificio no carece de hermosura y buen gusto. Compone la fachada principal un espacioso vestíbulo, adornado de ocho arcos sencillos y uno céntrico muy elevado en combinación con la vía central, que por medio de otra portátil sirve exclusivamente para dar paso á los regios convoyes hasta el Real Alcázar (…)”.


 

Esta línea de ferrocarril permitió ahorrar mucho tiempo en el viaje, además de transportar un mayor número de pasajeros.

Antes, una diligencia transportaba a 20 personas por día, y ahora con 3 trenes diarios se puede pasar de 2000.

Un poco más adelante, a principios del siglo XX, se decide que la primitiva estación no es eficiente para viajes hacia el sur, pues para salir de la terminal, se necesita una maniobra marcha atrás para cambiar el sentido de la locomotora. Para ello, se utilizaba un sistema de “triángulo”, que por su dificultad suponía gran pérdida de tiempo.


 

Por todo ello, en 1927 se construye la “Nueva Estación de Viajeros y de Clasificación de Mercancías” que hoy conocemos. En ella, los viajeros pueden protegerse bajo las marquesinas y (sujetas por vigas metálicas altamente decoradas) cambiar de andén, utilizando un corredor subterráneo de 32 m de largo.


Foto: Juan de Oro

En la Guerra Civil, este paso inferior sirvió como refugio a los bombardeos. Para acondicionarlo, se acumuló sobre él una carga de tierra de 4 m con una losa de hormigón encima. Su interior fue rematado con muros de ladrillo para dificultar la penetración de la metralla.

En 1990, al realizar tareas de acondicionamiento, se echaron abajo los muros de ladrillo, y quedó al descubierto la decoración de seis mosaicos, del artista Maragliano.

Tras su restauración, la obra fue premiada por la Comunidad de Madrid en 1998.

Por otro lado, en algunas zonas aún pueden verse azulejos con las inscripciones “MZA” (Madrid-Zaragoza y Alicante), compañía de la cual dependía todo el trasporte ferroviario español durante 84 años, hasta la aparición de (RENFE) la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (1856-1941).

Aranjuez llego a tener hasta 7 estaciones (Aranjuez, La Flamenca, Las Infantas, Castillejo-Añover, Villamejor, Cuenca y Algodor).


Fotograma "El Marqués de Salamanca"

La película “El Marqués de Salamanca” (1948) relata aquel primer viaje del tren a Aranjuez, y colabora a fomentar un par de leyendas que han quedado para siempre: “La locomotora entra en las tripas de Palacio”, (algo imposible, pues el ancho de la máquina era mayor que el hueco de los arcos) y “el último tramo de vía era de plata” (no aguantaría el peso del tren).



Con el tiempo, el tren pasó de ser divertimento para la corte a transportar viajeros comunes y productos del campo (frutas, hortalizas, espárragos, fresas). De ahí su nombre, “El tren de la fresa”.


          
1897


La llegada del tren a Aranjuez supuso un “antes y un después” en la historia del Real Sitio.

Gentes de posibles, nobles y aristócratas construyen fincas y palacetes. Se instalan fábricas y talleres, muchos trabajadores cambiaron el campo y el trabajo para los reyes por empleos más estables.

Pero el tren acortó mucho las distancias y los monarcas cambiaron Aranjuez por destinos más lejanos.

De forma que el Real Sitio entró en una nueva etapa. Pero eso, ya es otra historia…



Fuentes e Imágenes que no son propias:

Fotos obra de la Nueva Estación ("Museo del Ferrocarril")
“El ferrocarril de Madrid a Aranjuez, su inauguración” (Biblioteca Nacional de España)
"Plano topográfico del camino de hierro de Madrid a Aranjuez" Proyecto de Pedro de Lara-Meliá, y Florentino García Martínez (1848)
"Guía de Aranjuez", de Francisco Nard (Biblioteca Nacional)
"Historia descriptiva de Aranjuez", de Cándido López y Malta.

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