"La Gloria de Niquea", "El Vellocino de oro" y la muerte del conde


Recreacción de "La Gloria de Niquea"

Con la muerte de Felipe III (1621), se abandonan las comedias, fiestas y diversiones durante un año en el Palacio Real de Madrid. España estaba de luto.

Había deseos de romper esa tristeza y con el fin de celebrar la onomástica y ascensión al trono de Felipe IV, se celebró en los jardínes de Aranjuez una doble representación teatral.

Era el momento ideal para que, en Aranjuez, el Conde Duque de Olivares (nuevo valido) demostrara al rey su lealtad en público.

Olivares a caballo (Velázquez)
Isabel de Borbón, (Villandrando)

La fiesta estaba a cargo de Isabel de Borbón. De ella salió la idea de celebrar el cumpleaños del rey de aquella manera. Incluso podemos decir que fue quien eligió las obras y formó parte de la representación, junto a la infanta María y sus damas. 

Por un lado, se representó (donde hoy está la Fuente del niño de la Espina) en el Jardín de La Isla de Aranjuez “La Gloria de Niquea” de Juan de Tassis y Peralt, inspirada en los libros de caballerías.

Por otro, “El vellocino de oro” de Lope de Vega, que se hizo en “El Jardín de los Negros”.

La primera se celebró el día 15 de mayo de 1622. Para ello se construyó un teatro portátil espectacular de madera, con un escenario de 115 pies de largo y 78 de ancho. Era algo grandioso.

Al fondo del decorado podían verse 14 arcos sobre columnas dóricas, dos grandes estatuas (Mercurio y Marte), además de otras más pequeñas en bronce. Encima de los arcos, multitud de luces se reflejaban en dos esferas de cristal.

Por encima del escenario, había un cielo estrellado pintado sobre un gran toldo. Encima del inmenso escenario, se encontraba un bosque, una montaña que se abría por medio y aparecía un palacio, cuatro gigantes, dos leones, etc.

Todo era de un colorido espectacular y una riqueza extrema. Los materiales llegaron de Madrid y pueblos cercanos como Ocaña. 

Se cuenta que tardaban hasta tres meses en montar toda la tramoya. Para ello hicieron venir de Nápoles al capitán ingeniero Julio César Fontana.

El espectáculo se desarrolló a la tarde y con luz artificial, cosa inédita por entonces. En las candilejas incluso se ponía aceite de espliego para deleitar el olfato. No faltaba detalle.

El público quedó absorto ante el espectáculo y la fama de aquella fiesta se extendió por toda España y Europa.

Aranjuez era entonces un lugar excelente para celebrar este tipo de cosas, más aún en los meses de abril y mayo, cuando se convertía en residencia de la familia real.

Pero no todo fue una fiesta. El día 17 de mayo, durante la representación de “El vellocino de Oro”, se produjo un incendio que destruyó por completo el teatro.

Según la posterior leyenda, el Conde de Villamediana sacó en brazos a la reina, salvándola del fuego que según cuentan, él mismo provocó. Así se confirmaba la sospecha de que eran amantes.

Con ello, conseguía de alguna manera tocar a la reina, algo que estaba penado incluso con la muerte.

El Conde solía llevar en su sombrero, como blasón, ciertas monedas de oro, acompañadas del texto: “son mis amores”.

Los malpensados interpretaban “son mis amores reales” y con esa doble intención comenzaron los rumores de una declaración de amor a la reina.

El Conde de Villamediana (dramaturgo, poeta y cronista) ya disfrutaba cierta fama de libertino, amante del lujo, el juego, las mujeres y diestro jinete que rejoneaba toros para los reyes.

Por entonces se contaba, que en cierta ocasión el conde participó en una corrida de toros y la reina, al verlo, dijo a Felipe IV: "¡Qué bien pica el conde!". A lo que el rey respondió: "Pica bien, pero muy alto".

Muerte de Villamediana

Quizás fuera el aviso de lo que estaba por venir. Juan de Tassis y Peralta (Conde de Villamediana) fue asesinado a puñaladas en Madrid, a los 4 meses de la representación teatral de Aranjuez.

Circulaba en su carroza por la calle Mayor, cuando de repente un hombre se le acercó y le clavó un puñal en el costado. Otros dicen que una espada.

A los 40 años, Villamediana se hallaba en lo más alto de la fama y despertaba máxima expectación. Vestía trajes lujosos y era derrochador. Ello hacía que muchos no lo mirasen con buenos ojos.

Por aquel entonces, existía una violencia habitual en la villa y corte. Si además tenemos en cuenta la condición de homosexualidad del Conde, pierde fuerza la teoría de la venganza por celos del monarca.

Por todo ello, lo más probable es que se trate de una leyenda nacida del pueblo.

Quizás nunca lo sepamos. La muerte de Villamediana es un enigma si resolver, que hoy sigue rodeado de hipótesis…


Fuentes e Imágenes que no son propias:

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/quien-mato-conde-villamediana_12289
Julio Vélez-Sainz Universidad Complutense de Madrid1
Susana Montemayor Ruiz “Aranjuez: la literatura de sus jardines”.
Centro Virtual Cervantes
Biblioteca virtual del Patrimonio Bibliográfico.
Esther Borrego Gutiérrez "Poetas para la Corte: una fiesta teatral en el Real Sitio de Aranjuez (1622)"
Martha R. Villabona García “Teatralización de Las Meninas”
M. del Prado: Isabel de Borbón, (Rodrigo de Villandrando)
M. del Prado: Muerte de Villamediana (Manuel Castellano)
M. del Prado: Conde-duque de Olivares a caballo (Velázquez)

 

Comentarios

  1. Me ha gustado, es interesante

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  2. Eres un verdadero Acha contando historias de nuestro Aranjuez. No pares sigue adelante. Un abrazo.

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  3. No sé quien eres. Me alegro mucho que te guste. Un saludo. Seguimos un poco más...

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