José María Torrijos

J. M. Torrijos (Ángel Saavedra)

José María Torrijos y Uriarte nació en Málaga (1791). Era el tercero de cuatro hijos.

Cuando sólo contaba 10 años (1801), andaba con su padre por Aranjuez ya que acostumbraba frecuentar la Corte de Carlos IV.

Un día de gala, en el que las fragatas que se hallaban estacionadas en el Tajo descargaban su artillería, allí estaba Torrijos con su padre.

Al escuchar las salvas, el niño mostró una inmensa satisfacción. El rey presenció aquel hecho y comentó la posibilidad de que aquel niño fuese militar, ya que lejos de asustarse saltaba de gozo.

A esto, el padre de Torrijos contestó al rey que la mejor forma de hacerlo podría ser que el mismo rey lo nombrase paje suyo. Al momento, aquella gracia fue otorgada (19 agosto de 1801).

Entonces, los pajes del rey debían decantarse por el sacerdocio, la milicia o el palacio. Torrijos, sin duda, ya había manifestado claramente su vocación.

Fue un alumno aventajado. Hizo grandes progresos y adelantó a todos sus compañeros pajes de tal manera que en los exámenes (1804, a la edad de 13 años, salió como capitán del regimiento de infantería.

En ese momento José María era un niño, y como tal no había desarrollado las fuerzas físicas de un hombre. Por ello, su padre pidió permiso al rey para que su hijo continuara con sus estudios en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, a lo que el rey accedió.

En poco tiempo, aquel niño adquirió los conocimientos necesarios para ser un buen militar.

Torrijos combatió en la guerra de la Independencia española. Aquel 2 de mayo de 1808 acudió en ayuda de los oficiales Daoiz y Velarde, que se encontraban sin municiones en el parque de artillería de Madrid.

Fernando VII (Goya, Museo del Prado)

Durante el conflicto es detenido y condenado a muerte con tan sólo 17 años. Se salvó gracias a la intervención de un ayudante de Murat al cual conocía.

Su espíritu liberal hizo que se enfrentara al absolutismo de Fernando VII (1814) implicándose en distintas tramas. Su fin era conseguir reinstaurar la Constitución de Cádiz.

Una vez descubierto y detenido, pasó dos años en la cárcel en los que siguió con la actividad conspirativa gracias a su esposa, que le visitaba y hacía llegar los papeles clandestinos dentro de huesos de carne y el dobladillo de los manteles.

Fue liberado tras el pronunciamiento de Riego (1820) y volvió a combatir contra los franceses que, ayudados por los “Cien Mil Hijos de San Luis”, invadieron España para restablecer a Fernando VII como rey. Cuando estos triunfaron, se exilió al Reino Unido.

Allí encabezó un pronunciamiento y desembarcó en Málaga junto a 60 hombres más. Pero todos cayeron en la trampa tendida por los absolutistas y fueron detenidos y fusilados, sin un juicio previo.

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros (Gisbert Pérez)

Este hecho fue inmortalizado por un soneto de Espronceda y el famoso cuadro pintado por Antonio Gisbert (1888).

El General Torrijos ha sido catalogado por la historia reciente como un “liberal utópico”, sin embargo, no cabe duda que su esfuerzo heroico, junto al de los compañeros, colaboró en el debilitamiento del régimen absolutista y facilitó la revolución liberal en España.

Y pensar, que todo empezó cuando un niño escuchó las salvas de unos cañoncitos en Aranjuez…


Fuentes e Imágenes que no son propias:

Antonio Gisbert Pérez, “Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga” (Museo del Prado)
Ángel Saavedra: “José María Torrijos”
“Vida del General D. José María de Torrijos y Uriarte”, escrita y publicada por su viuda Doña Luisa Sáenz de Viniegra de Torrijos (Condesa de Torrijos).

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